Cómo sentirnos saludables durante la menopausia

Orgánicamente hablando, hay dos momentos cruciales en la vida de una mujer: cuando llega su primera menstruación y cuando se le retira la regla. En el caso de la menarquia, es natural que las adolescentes -niñas, en algunos casos- experimenten cierto temor y molestia al reconocer lo que les está pasando. Sin embargo, en las mujeres mayores la llegada de la menopausia, sumada a los cambios propios de su edad, el malestar puede tener dimensiones mucho mayores.

Como les comentamos anteriormente, la menopausia se diagnostica doce meses después de que se dejó de reglar, hecho que se manifiesta entre los 45 a 55 años, aunque también puede adelantarse/retrasarse su aparición algunos años.

Ente sus síntomas más comunes se encuentran los dolores de cabeza, la sudoración nocturna, la alteración menstrual, bochorno, insomnio, depresión, ansiedad e irritabilidad a tal punto que quienes atraviesas por dicho estado pueden sentir literalmente que se están volviendo locas, lo cual es remarcado por las reacciones negativas de familiares y personas ajenas a su círculo, que no comprenden su verdadera situación.

Según los especialistas -y las mujeres que ya han pasado por ese «trance»-, aparte de los síntomas ya mencionados, hay dos tipos de afecciones que acompañan la menopausia: la osteoporosis y las enfermedades cardiacas.

La osteoporosis se manifiesta porque la pérdida de estrógeno durante el tiempo de la menopausia hace que perdamos más tejido óseo del que podemos recuperar. En tanto, la propensión a las enfermedades al corazón es provocado, entre otras cosas, por los cambios en los niveles de estrógeno, el envejecimiento, el aumento de peso y la consiguiente elevación de la presión arterial.

El saber lo que podría pasarnos no es hacer que entremos en una crisis de pánico ni muchos menos. Más bien, debemos poner en práctica saludables hábitos que nos ayuden a pasar con mayor alivio esta etapa inevitable de la vida femenina:

• Evitar el alcohol, el tabaco y la cafeína.
• Mantener una dieta saludable, baja en grasa y con alta fibra, proveniente de frutas, vegetales y alimentos integrales que también provean de vitaminas y minerales importantes, como por ejemplo, el calcio (la soya también es un gran aliado).
• Ayudados por un nutricionista, determinar nuestro peso ideal, llegar a él y mantenerlo.
• Hacer ejercicios para desarrollar nuestra resistencia, caminar, trotar o bailar, por lo menos tres veces por semana.
• Usar lubricantes vaginales para evitar las molestias en esa zona.
• Someternos a exámenes pélvicos, mamarios y de Papanicolau.
• Ingerir los suplementos hormonales que nos indica el doctor. Aunque de preferencia podemos consultar la opinión de un médico naturista, ya que si bien las hormonas químicas tienen un efecto más rápido de alivio, también pueden producir cáncer.

Fuentes: National Institute of Aging, Medline Plus.

Imágenes: DermoExpert, Univision.

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