El aire es fuente de vida, pero cuando respiramos lo hacemos de forma tan inconsciente que no nos damos cuenta de los errores que cometemos al realizar este proceso y el desperdicio de ventajas que implica para nuestra salud.
Basada en el equilibrio de cuerpo y mente, la doctrina del Yoga posee una milenaria técnica que nos ayuda a respirar mejor y de manera más conciente. Se trata del Pranayama (pra = “primera unidad”, na = “emergía” y yama = “controlar y extender”), el cual permite oxigenar adecuadamente el organismo y favorece al desarrollo de la atención, concentración y paz interior.
Según el nivel de práctica, el Pranayama distingue 4 tipos de respiración. La más básica es la respiración abdominal, en la que el abdomen se hincha para masajear los órganos que están alrededor. Luego vienen la respiración intercostal -que se realiza con los músculos de las costillas- y la clavicular, haciendo un máximo de esfuerzo para absorber poco aire. Y como suma de las tres, la respiración profunda o completa.
El propósito de esta técnica es lograr que ingrese una mayor cantidad de oxígeno (20% en vez del 1% que inhalamos sin el procedimiento adecuado) y que se distribuya por todas las partes del cuerpo. Así se puede hacer una limpieza general de los nadis o canales energéticos y prologan nuestra esperanza de vida saludable.
Dentro del Pranayama se realizan ejercicios respiratorios específicos, con funciones tranquilizantes, equilibrantes, vitalizantes y refrescantes. Y para potenciar sus beneficios, se puede combinar con otras técnicas de respiración yóguica, como la “de la Abeja” y “del León”.
Fuente: En Buenas Manos
Imagen: ElPaís.com
Tags Blogalaxia: Salud, Respiración, Yoga, Pranayama.
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