En términos generales, hay dos tipos de hambre, uno que se percibe psicológicamente, y otro físico o real. En el primer caso, la llamada “hambre emocional” surge entre las personas que tienen problemas para controlar su ingesta de alimentos, y no responde a una necesidad fisiológica real del cuerpo de requerir más alimentos, sino que es simplemente una necesidad de comer debido a la costumbre, o la búsqueda de la comodidad. En cambio, el hambre física es una sensación fisiológica de vacío nacida de la interacción entre el sistema digestivo, el sistema endocrino y el cerebro.
Es importante reconocer la diferencia entre el hambre física y hambre emocional para evitar comer en exceso o perder peso. A continuación, te enseñaremos cómo diferenciarlo.
Cuando es hambre REAL:
- El hambre físico es gradual, es decir no te da de un momento al otro.
- Si tienes hambre físico, aceptarás cualquier alimento (no antojos)
- Sentirás una sensación en el estómago.
- Es paciente, es decir puedes esperar.
- Ocurre a causa de una necesidad física.
- Se relaciona con elecciones de alimentos bien pensadas y atención al comer.
- Se deja de comer al estar saciado.
- No hay culpabilidad, ya que comer es una necesidad.
Cuando es hambre EMOCIONAL:
- Es repentino, es decir te da de un momento a otro.
- Usualmente es dirigida a un tipo específico de comida.
- Se siente arriba del cuello
- Es urgente, es decir no puede esperar. ¡Tiene que ser YA!
- Está ligada a alteraciones emocionales.
- Se relaciona con elecciones automáticas de alimentos y distracciones al comer.
- Se sigue comiendo a pesar de estar saciado.
- Existe un sentimiento de culpabilidad al terminar de comer.
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