Mucha gente desecha las semillas de calabaza cuando cocinan este vegetal. Sin embargo, esto es un error, ya que estas semillas contienen múltiples propiedades beneficiosas para la salud además de tener un agradable sabor.
Las semillas de calabaza (también llamadas pepitas o pipas) tienen una tradición medicinal ancestral. De hecho, ya eran utilizadas en la medicina tradicional china y en algunos pueblos indígenas para curar afecciones ligadas al sistema respiratorio y a los intestinos.
Las pepitas de calabaza aportan buena cantidad de aceites protectores como el Omega 6 y 3, produciendo efectos para evitar la retención de líquidos, la hipertensión y el colesterol. Pero, además, estas semillas aportan gran cantidad de vitamina E y A, antioxidantes y minerales, como el zinc. Su cantidad de aceites también beneficia a la textura de la piel y son excelentes para la eliminación de parásitos intestinales.
Las pepitas son excelentes para evitar la constipación y la retención de líquidos, ya que posee propiedades diuréticas. También combate el llamado síndrome premenstrual, por lo que las mujeres no deberíamos desechar estas semillitas.
Las formas de preparar las son variadas. La mejor manera es ingerirlas directamente, pero también puedes realizar dulce de zapallo con semillas incluídas. Mucha gente las deja secar al sol, luego las pela y las saltean en una sartén con manteca y azúcar.
Las semillas también pueden secarse, molerse y guardarlas en un frasco para incluir en rellenos de tartas, ensaladas, panes o galletas. Su sabor dulzón le dará un buen toque a tus comidas.
Fuente: Vegetomania.
Imágenes: Solorecetas.
Tags Blogalaxia: Nutrición, Salud, Semillas de calabaza.
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