¿Cómo motivarme para hacer ejercicio?

Todos los domingos te escuchas a ti misma diciéndote: mañana comenzaré con mi nueva rutina de ejercicio. Ya pasaron meses de la primera vez de aquello y tu mayor logro se reduce a unos cinco minutos de estiramiento y a un par de vueltas a la manzana después de un gran almuerzo.

Lo peor es que realmente quieres hacerlo. Has leído cincuenta veces sobre los beneficios físicos y psicológicos del ejercicio… ¡y sí que los necesitas! Además, nunca está de más perder unos kilitos que para variar se han acumulado alrededor de tus caderas. Para que encuentres esa motivación que necesitas para disciplinarte, anota estos consejos y ponlos en práctica ya mismo.

1. Escoge el deporte ideal para ti

Muchas veces tiramos la toalla antes de tiempo (o de forma casi inmediata) simplemente porque ese deporte que escogimos no está hecho para nosotras. Por ejemplo, si te gusta estar al aire libre, una bicicleta estacionaria puede aburrirte. Si te gusta bailar, ¿qué esperas para anotarte en unas clases? A mí me encanta correr, pero sé que muchas personas lo encuentran aburridísimo. Si te gusta estar en total actividad, lo tuyo difícilmente será el yoga.

2. Únete a otras personas que disfruten del ejercicio

En especial si eres alguien altamente sociable, una buena compañía puede hacer la diferencia para que continúes ejercitándote. Si tienes que levantarte temprano, pensar que alguien te está esperando y no le puedes fallar, impedirá que las sábanas ganen la batalla.

Además, pueden comentar acerca de lo que van logrando, los secretos que van descubriendo, eventos que se le relacionen, y claro, se darán ánimos cuando alguno quiera renunciar.

3. Ponte metas

Una de las mejores formas de sentir que realmente estás haciendo algo bueno para ti y que da resultado, es imponerte metas. Así podrás medir tus logros y te juro que se siente genial ver cómo vas alcanzando aquello que te propusiste.

No necesitas ponerte metas altísimas, al principio más bien pueden ser sencillas para que no te decepciones. Por ejemplo, si sales a correr, puedes medirlas en base a tiempo o distancia: la próxima semana llegaré a correr 6 km y la subsiguiente, 8 km. Si estás practicando yoga, tal vez puedas medir tu avance en función a tu flexibilidad.

Otro detalle que te ayudará en tu determinación de hacer ejercicio es fijar un horario realista. No lo dejes a un “cuando pueda”. Establece las horas y días que le dedicarás y ponlo en un lugar visible para que te tomes muy en serio.

4. Prémiate

Hasta ahora te has fijado metas y horarios, y cumplirlos puede hacerte sentir muy bien, pero tal vez estés necesitando una motivación extra. Si al cabo de 15 días has logrado lo que te planteaste, engríete: cómprate esos aretes o ese libro que tanto te gustaron. O mejor aún, asiste a un spa para que te den un masaje completo.

5. Cómprate ropa linda para ejercitarte

Si eres de las personas que aprovecha su ropa vieja para hacer deporte, estás cometiendo un grave error. Hacer ejercicio no es un castigo, al contrario, es una manera de cuidar tu cuerpo. Una manera de animarte para hacerlo es lucir bien, aun cuando no salgas a la calle para realizarlo. Escoge tus colores favoritos, ese modelo que tanto te gustó ¡y listo!

6. Adiós a los pensamientos negativos

Si frases como “esto es muy difícil”, “no conseguiré nada” o “ya no puedo” pasan por tu mente mientras te ejercitas, lo más probable es que abandones más pronto de lo que crees. Al contrario piensa en cosas agradables mientras lo realices, lo mejor es que trates de vaciar tu mente de problemas y te enfoques en cosas que te gusten. Tal vez tengas un proyecto pendiente; mientras haces ejercicio es un buen momento para ser creativa.

7. Recuerda cómo te sientes cuando has hecho ejercicio

Cuando comiences a dudar de asistir hoy al gimnasio, recuerda la sensación que te embarga cada vez que has completado tu rutina. Estoy segura de que es sumamente agradable; puedes sentirte un poco cansada, ¡pero totalmente satisfecha!

8. Ponle una pizca de imaginación

Caminar, nadar, hacer yoga, saltar la soga, son actividades que cualquier puede hacer, pero también puedes ponerle algo de ti. Si corres, escoges recorridos de zonas que te atraigan y las cambias cada semana, escuchas tu música favorita, imagina que estás cumpliendo una misión específica.

9. Comienza a medir los resultados

Todos tenemos diferentes razones para querer ejercitarnos, seguramente una de las más comunes es querer bajar de peso. Otros lo hacen por razones de salud o simplemente porque los hace sentir bien (que no es poco).

En cualquier caso, siempre podemos ver qué tanto hemos conseguido. Si tu motivo ha sido bajar de peso, trata de probarte ese vestido que hace un mes no te cerraba, tal vez ya lo puedas hacer o estés muy cerca de lograrlo.

Espero que estas pequeñas pautas te ayuden a ser constante, pero no solo eso, sino que encuentres que el ejercicio además puede ser muy divertido.

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Acerca del autor

Escrito por Irina Melgar

Mi pasión es escribir, el cine y caminar...!

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