Descubre las razones que te hacen comer de más y aprende a combatirlas

Conseguir el peso ideal, por razones de salud y estéticas, es uno de los objetivos que nos marcamos la gran mayoría de mujeres. Y somos conscientes de que esto no es nada fácil, ya que existen diversos factores que obstaculizan el que podamos seguir una buena alimentación y el llevar una vida activa.

Definitivamente, la razón más común para ganar kilos es la mala alimentación. Cuántas veces te has preguntado: ¿porqué como más de lo normal y no puedo evitarlo? Para ayudarte a acabar con este mal hábito que va en contra de un peso saludable, vamos a detallar las tres causas más frecuentes del irresistible «picoteo», y cómo ponerles solución.

1. El estrés, un ritmo de vida acelerado

La ansiedad por cumplir la agenda diaria, engorda, así que a pesar de no haber parado en todo el día te asombrarás de no perder peso. Lo normal en una jornada intensa es haber comido algo rápido (un sándwich o bocadillo) y tal vez algo dulce (para calmar la ansiedad).

Todo ello ocurre porque en periodos de estrés el cuerpo segrega cortisol, una hormona que hace que suba la glucosa; como consecuencia, te cuesta descansar relajadamente y aumentan tus ganas de comer dulces. Además, la ansiedad provoca que perdamos la noción de la cantidad y el ritmo al que comemos, por lo que podemos ingerir grandes cantidades sin apenas darnos cuenta.

La solución a ello es integrar en nuestra dieta alimentos que ayuden al «buen humor», como el plátano, los frutos secos o el aguacate, ya que contienen triptófano, que evita las subidas de glucosa.

También es muy importante que te tomes un tiempo para comer, como mínimo debes dedicar 20 minutos a este importante momento del día, así la sensación de saciedad llegará al cerebro y no sentirás la necesidad de seguir comiendo.

2. El cansancio acumulado, por dormir pocas horas

Cuando el cansancio se combate con comida vienen los problemas de aumento de peso. Esto ocurre si no estás durmiendo bien y te levantas cansada por la mañana buscando un café que te haga «despertar», y a lo largo del días vas picando para que no decaiga tu energía.

Descansa profundamente por la noche, ayudándote con una cena en base a hidratos de carbono, estos te ayudarán a conciliar el sueño. Al día siguiente, al levantarte, opta por un desayuno saludable y energizante. Por ejemplo: cereales integrales, lácteos y frutos secos, además de un té verde o café tostado natural, todo ello hará que disminuya la sensación de fatiga al mismo tiempo que controla tu apetito.

3. Ansiedad por la comida

Si tu tema de conversación principal es la alimentación y la comida, tu peso es una obsesión y además estás siempre preocupada por si vas a comer mucho o poco, entonces tienes un nivel alto de ansiedad por la comida. Son muchos los factores que nos llevan a ello, tal vez una baja autoestima o el hecho de que la sociedad realce la figura de la mujer delgada.

El objetivo es que vuelvas a disfrutar de la comida sin que esta sea el centro de tu vida. Para conseguirlo, comienza por dar importancia a actividades que te relajen y que no sirvan para buscar un fin estético, dile adiós a la rutina dedicándote a un hobbie que tenías relegado (pintura, un curso de teatro, club de lectura, etc.), recuerda que lo importante es encontrar nuevas y buenas motivaciones.

Una vez que hayas cumplido este paso te resultará más fácil sentarte a la mesa y comer relajada, pausadamente y sin distracciones. Comiendo las cantidades necesarias y alternando nutrientes, vamos a poder controlar nuestro peso. Comer de más es un problema que se puede presentar a lo largo del tiempo, por lo que siempre debes tener en cuenta estos consejos.

Imágenes: Vanguardia, BuenaSalud, Bichotoblog, CuidatuSaludconDiane.

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