Es una enfermedad infecciosa causada por un virus y que presenta una sintomatología basada en una erupción de la piel, aumento en el tamaño de los ganglios y fiebres ligeras.
Muchas veces se presenta finalizando el invierno y comenzando la primavera, y su contagio se desarrolla a través del contacto directo con el enfermo.
Afecta generalmente a los niños, pero de manera benigna, sin embargo, si la rubéola se instala en una mujer embarazada, se corre el riesgo de malformaciones en el feto.
Cuando ataca a una mujer en estado de gestación, la puede llevar al aborto o a malformaciones de su criatura de índoles cardíacas, mentales, problemas de vista y oído, entre otras, por lo que es sumamente importante alejarla de este tipo de enfermedades.
Se recomienda que si se está planeando un embarazo, lo mejor es acudir antes a un médico para asegurarse a través de alguna prueba serológica el descarte de este virus en el organismo.
Luego de incubar por unas dos o tres semanas, la rubéola se manifiesta con un leve resfriado y una fiebre ligera que por lo general dura de uno a dos días, tras lo que la piel erupciona, primero en el rostro y luego por todo el cuerpo. Aunque también debe mencionarse que en la mitad de los casos los síntomas no se manifiestan.
Es importante mencionar que si surgieran complicaciones, estas se presentan con artritis en los dedos, las muñecas, los codos y rodillas, lo que también se puede complicar con una disminución de plaquetas llamada trombocitopenia o con algo más grave llamado meningoencefalitis, que tiene posibilidades de mortalidad en un 20% de los casos o puede dejar serias secuelas.
La mejor manera de prevenirla es a través de la vacunación oportuna, lo cual se lleva a cabo entre los doce y quince meses de nacido y luego entre los tres y los seis años.
Fuente: NLM.
Imagen: SaludCuidadoInfantil.
Tags Blogalaxia: Salud, Rubéola, Enfermedad infecciosa.
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