Food craving o antojo: enfermedad nutricional

Si bien el “antojito” o “gustito”, cualquiera que sea la forma cariñosa en que lo denominamos, parece ser un impulso inofensivo, cándido y sin mayores consecuencias, lo cierto es que puede degenerar en algo peligroso que atenta contra nuestra salud. Es por este motivo que, recientemente, ha sido adoptado por la medicina dentro de su lista de patologías o desórdenes alimentarios.

Y no es para menos. Las circunstancias del mundo actual hace que los desórdenes alimentarios se vuelvan cada vez más serios ya que el desbalance nutricional va acompañado de una fuerte carga psicológica, dos variables que ponen en jaque al bienestar.

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Pero, ¿qué es el antojo? ¿El sentir el aroma de un chocolate y querer comerlo de inmediato es un antojo? ¿El pensar en lo que más nos gusta y desear comerlo es peligroso?

Es difícil establecer los límites de lo normal y lo patológico cuando hablamos de antojos, ya que representar una comida o un dulce y sentir deseos de probarlo de vez en cuando, no es una amenaza para la salud. ¿Cuándo se convierte en amenaza? Felizmente la ciencia ya nos ha dado una definición:

El antojo es –según la definición clínica- un deseo ferviente e incontrolable de comer un determinado alimento o un grupo de alimentos. No es una inclinación pasajera.

Los antojos se conviernten en peligrosos según diversas circuntancias. Toma nota:

  • Cuando la persona no logra controlarse y negarse el gusto.
  • Cuando es consumido a pesar de haber comido una cantidad copiosa de alimentos primero y hay sensación de llenura.
  • Cuando la persona no puede comer una sola unidad del alimento.
  • Cuando aparecen sentimientos de culpa y malestar después de su consumo.

Si alguna de estas situaciones está presente, es mejor ponerse en alerta. Entonces, ¿qué hacer para ayudarse a resistir el antojo? Existen algunos trucos para ayudarnos a evitar exagerar en el consumo de un alimento determinado:

  • Por ejemplo, si se trata de dulces, puede suavizarse la sensación de antojo comiendo algo dulce, pero saludable, como una fruta.
  • Un truco que funciona muy bien es chupar un trozo de hielo cuando no se puedan resistir las ganas. El frío y la textura del hielo distraen la atención y crean sensación de placer que ayuda a superar el antojo.

Imagen: Clarín.

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Acerca del autor

Escrito por Rocío Milagros Gálvez

Soy Nutricionista de profesión, me dedico a la investigación, a escribir un poco y a aprender todo lo que pueda! Siempre quise ser pintora, fotógrafa y cuidar de la salud de los demás :) Para mí, el momento perfecto es estar sentada frente al mar con un buen libro.

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