En qué consiste la dieta macrobiótica

De origen japonés la dieta macrobiótica se basa en la búsqueda del equilibrio del cuerpo y la mente mediante la alimentación. Según su creador, Georges Ohsawa, es a través la combinación de los principios básicos del yin y el yang que se logra evitar todo tipo de enfermedades tanto físicas como espirituales.

Es así como los alimentos se clasifican en dos tomando en cuenta la división entre los que se consideran pertenecientes a los yin, de energía fría como frutas, verduras y lácteos; y los alimentos yang, de energía caliente como los pescados, cereales y tubérculos, siendo estos los que deben consumirse con menor frecuencia.

La dieta macrobiótica debe estar compuesta en un 50% por cereales integrales ya que es fundamental desterrar los alimentos refinados, además los vegetales deberán constituir la cuarta parte de la alimentación diaria y otro 15% estará compuesto por legumbres y frutas.

Es cierto que la dieta macrobiótica privilegia algunos alimentos orientales como el mijo, el cous cous, la soya y ciertos hongos y algas, pero, ya que no es fácil conseguir este tipo de ingredientes en muchos lugares, a manera de poder universalizarla y difundirla se ha enfatizado tanto en los alimentos que debemos evitar como en algunas prácticas a seguir.

  • Es primordial al seguir la dieta macrobiótica evitar alimentos procesados y artificiales y preferir los productos orgánicos y naturales.
  • Tanto el azúcar como la sal se consumiran de la manera más natural posible descartando sus formas refinadas.
  • El café y el té alteran el sistema nervioso por lo que deben evitarse.
  • Se puede consumir pescado y huevos, estos últimos de preferencia orgánicos, las carnes blancas pueden ingerirse de vez en cuando mientras que las carnes rojas quedan prohibidas al igual que los lácteos.
  • Se deben evitar los dulces y la miel.
  • Los tubérculos y el tomate también serán erradicados de la dieta.
  • Los líquidos, de preferencia agua o infusiones, deben beberse siempre después de los alimentos y con cautela para evitar sobrecargar el riñón y alterar sus funciones.
  • Al momento de comer se debe prestar especial interés a la masticación, esta debe ser suficiente para que la digestión sea sencilla y nos sintamos satisfechos, a la vez que disfrutamos los alimentos, esto es entre unas 30 y 50 veces.
  • Se aconseja ingerir ensaladas frescas durante el verano y raíces durante las estaciones frías, mientras los cereales y legumbres deberán consumirse durante todo el año.

Según los seguidores de este régimen el equilibrio que se logra es suficiente para tener una alimentación saludable; sin embargo, hay que tener mucho cuidado y no dejar de lado las proteínas, como toda dieta ya sea para reducir de peso o en busca del bienestar físico y espiritual, lo mejor es consultar con un especialista en nutrición antes de decidirse a cambiar de hábitos.

Fuente: Oriente Escuela de Shiatsu

Imagen: My Recipes

Tags Blogalaxia: Nutrición, Dieta Macrobiótica, Alimentación Macrobiótica.

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