Del velocípedo al spinning: la bicicleta y su importancia en la salud y el deporte

Me encanta la bicicleta. Desde niña alucinaba montar una y poder ir a donde yo quisiera, Todavía recuerdo cuando al fin tuve una en mis manos; las hermosas tardes que pasé con mis amigos de barrio organizando largos paseos en grupo, todos con bicicletas de diferentes tamaños y colores. Y seguramente, como a mí, a ti te ha pasado que la bicicleta ha formado parte de tus primeros recuerdos de la infancia.

La bicicleta es, ante todo, un vehículo de transporte. Pero quienes la idearon, hace más de 100 años, no pensaron jamás la importancia y los múltiples usos que hoy en día tiene, y de verdad te digo que son de lo más impensados: como medio de transporte, para hacer ejercicio, como tratamiento de terapia física, como deporte competitivo, entretenimiento e incluso como medio alternativo para obtener energía. Increíble, ¿verdad?

En un mundo tan contaminado y saturado de gases, smog y comida chatarra, vivimos sumidos en una cultura que cultiva malos hábitos de vida. El sobrepeso, las enfermedades, incluso las epidemias y muchos otros fenómenos del mundo moderno se explican por un estilo de vida totalmente contraproducente para la salud. Por ello, andar en bicicleta y tomar este hobbie ocasional como un hábito, puede marcar la pauta entre una vida larga y saludable, y una vida pobre en calidad.

¿Quieres saber mucho más? Pues, no te despegues de esta nota, que a continuación te cuento todo sobre este maravilloso invento que, literalmente, ha revolucionado a la humanidad desde su invención.

Una historia sobre ruedas

Los orígenes de este artefacto están en la búsqueda incesante del ser humano por buscar un medio de transporte revolucionario. Aunque se registran, desde la edad antigua, esbozos de aparatos de ruedas, es en el siglo XIX que la idea de un artefacto con ruedas dispuestas en línea, empieza a florecer.

Sin embargo, como en toda historia, siempre existe un paréntesis que altera la línea temporal clásica y que nos causa asombro, y en este paréntesis ubico al extraordinario Leonardo Da Vinci. En un libro llamado Codex Atlanticus, que reúne una extensa colección de sus dibujos, existe un boceto de un aparato de dos ruedas en línea, con su sistema de piñones, pedales y cadenas, manubrio, asiento y timón.

Como sabemos, Leonardo vivió entre 1478 y 1519, muchos siglos antes de que siquiera se pensara en inventar un artefacto de esta naturaleza. Lo que pudo haber sido todo un adelanto en la historia, quedó relegada entre los mamotretos de una ignota bibioteca italiana.

Fue en 1817, cuando se escribe el primer capítulo de la historia de la bicicleta, a manos del alemán Karl Drais Von Sauerbronn, quien inventa el primer prototipo de bicicleta. Por supuesto, no tenía la sofisticación que hoy en día exhiben las bicicletas modernas, pero sí la forma básica que tiene hasta la actualidad, esto es, dos ruedas en línea sostenidas por un armazón, un asiento al centro y un timón hacia adelante.

Esta bicicleta fue conocida como la «draisiana«. Para usarla, había que sentarse y mover alternadamente las piernas impulsando este vehículo. El timón y la rueda delantera permitían girarla para direccionar el vehículo. Sin embargo, era muy pesado y había que mandarlo a hacer de acuerdo al tamaño y peso del usuario.

Más tarde se introdujeron mejoras y surgieron vehículos como el «dandy horse«, una draisiana mejorada, con un descansillo para apoyar el codo y un asiento ajustable.

La llegada de los pedales como accesorio vital fue gracias a Kirkpatrick Macmillan, un escocés interesado en mejorar su equipo y que no se preocupó en registrar su patente, pues tal vez no vislumbró la importancia de su invento. Su accesorio eran un par de pedales adheridos a unas palancas que se sostenían por la parte delantera de la armazón y a la vez, otro par de palancas se unían de manera perpendicular a ellas, de modo que, el usuario, al balancear alternadamente los pies adelante y atrás pisando los pedales, hacía que la rueda trasera de la bicicleta girara, iniciándose la propulsión.

La idea era genial, pues ya no había que generar la traslación pisando el suelo. Además, el aparato era más liviano. Pero luego aparecería una versión que se hizo más popular, la bicicleta de Ernest Michaux, que tenía los pedales en la rueda delantera, el armazón y las ruedas de madera, mientras que los neumáticos eran de hierro.

A partir de ella surgen los famosos velocípedos que habrás visto en las fotos antiguas: enormes aparatos con ruedas y armazón de hierro y, en algunos casos con enormes ruedas delanteras, como la que inventó el inglés James Stanley en 1873. Me pregunto cómo harían para subirse en ellas, pues el pedal y el asiento quedaban en la cima de esta rueda que muchas veces pasaba de los dos metros de alto.

Para fines del siglo XIX, y gracias a John Boyle Dunlop, se inventó la cámara de aire y la cubierta de caucho que es lo que reviste las ruedas hasta el día de hoy. Es en estas fechas en que se concibe la idea del sistema de cadena, retrocediendo los pedales hacia el centro de la armazón y accionando la rueda trasera. El tamaño de estas vuelve a ser simétrico, de modo que se vuelve más funcional.

Diversificación

La bicicleta causó una revolución en el mundo del transporte, ya que podía alcanzar la velocidad de un coche tirado por caballos, a la vez que era un buen elemento de entretenimiento. A principios del siglo XX se la concibió como un artefacto que podía suscitar competencias deportivas. En 1903 se dio el primer Tour de Francia con más de 2,000 km de recorrido, que desafiaban la inventiva y la pasión por la velocidad con propulsión humana.

Los sucesivos bajones económicos que se vivieron en esas épocas, luego la crisis del petróleo, sumado a los vaivenes propios de la economía y la historia de los países del mundo, hicieron de la bicicleta el sistema de transporte alternativo ideal. Carriles especiales para ciclistas y diferentes tipos de bicicleta, de acuerdo a las necesidades del usuario, comenzaron a aparecer.

Bicicletas para todos los gustos

Así, a la bicicleta clásica o de paseo, se suman diferentes variedades de acuerdo a las necesidades de los usuarios:

  • Bicicleta de carrera

La bicicleta para carreras, con una estructura más liviana y aerodinámica y timón que hace que el ciclista se recline hasta quedar casi agachado de manera horizontal hacia adelante.

  • Bicicleta BMX

Otra bicicleta asociada al deporte es la BMX que tiene ruedas y armazón pequeños y un eje trasero grueso para soportar peso. Su diseño permite que el usuario realice piruetas, saltos, entre otras acrobacias.

  • Bicicleta Montañera

También la bicicleta de montaña, la cual tiene la estructura y neumáticos más robustos para los caminos agrestes, lleva generalmente amortiguación en la horquilla delantera, algunas vienen con amortiguación bajo los asientos y todas llevan una serie de velocidades que adaptan el pedaleo a la condición del terreno,

  • Bicicleta Tandem

la bicicleta tandem,  es una bicicleta de paseo que permite que varias personas la utilicen a la vez por sus asientos y sistema de pedales supernumerarios. La velocidad y la diversión en grupo están garantizadas, Existen tandems desde 2 hasta 10 asientos.

  • Reclinada

También llamada «Recumbent», es una interesante variante de la bicicleta clásica en la que la estructura de pedales se ubica a la altura del timón, por lo que el usuario tiene que pedalear mientras está sentado, casi reclinado hacia atrás. Su diseño y estructura de propulsión son más aerodinámicas y hoy en día tiene muchos adeptos.

Bicicleta y salud

La bicicleta comenzó a desligarse de su función propiamente de transporte cuando pasó a formar parte de competencias deportivas a comienzos del siglo XX. Los usuarios comenzaron a notar que físicamente mejoraban al practicar ciclismo, por lo que no se tardó en descubrir sus beneficios:

  • Trabajo de todos los grupos musculares, especialmente las piernas.
  • Excelente ejercicio cardiovascular.
  • Elimina el colesterol malo y los triglicéridos.
  • Bueno para la circulación sanguínea.
  • Nos pone en contacto con el paisaje exterior, la naturaleza y los caminos por donde decidamos ir.

Una fantástica evolución del ciclismo se dio en 1987, cuando Johnny Goldberg creó un sistema de prácticas del pedaleo bajo techo empotrando la armazón de la bicicleta en una superficie fija. Así nació el «spinner», en el que, en el garaje de su casa, sus primeros alumnos practicaron lo que hoy en día se conoce como spinning.

Hoy en día, el spinning es uno de los ejercicios más practicados en el mundo, sin contar que el ciclismo de locomoción es un deporte que tiene millones de adeptos, y en general, el ciclismo aporta beneficios que van hasta ser un excelente paliativo contra enfermedades como el cáncer, de acuerdo a José Antonio Hidalgo Martín, especialista en Ciencias de la actividad física y el deporte.

Según el especialista, el ciclismo, y sobre todo el que se practica bajo techo, es una alternativa eficaz para mejorar la calidad de vida de los pacientes, pues, además de beneficios fisiológicos, están también los beneficios psicológicos, como la disminución de la ansiedad y la depresión, y el refuerzo de la autoestima a través de la renovación de energías.

  • Beneficios focalizados

De acuerdo a las variedades de bicicletas que existen en el mercado, podemos obtener diversos beneficios para nuestro cuerpo. Por ejemplo, la bicicleta montañera exigirá más esfuerzo de los grupos musculares de las piernas. Su variado sistema de velocidades permite administrar nuestro esfuerzo en cada pedaleo trabajando los músculos eficientemente.

La bicicleta tandem nos habla de que hacer ciclismo no es necesariamente un trabajo unipersonal. El trabajo muscular coordinado provee de un mejor trabajo muscular (similar al que obtenemos en una sesión de zumba), sin contar el invaluable beneficio emocional de hacer deporte en grupo e interactuar.

El spinning nos hace ejercitar el corazón, casi de una manera similar al hacerlo trotando; también ayuda a tonificar los glúteos, las piernas y los brazos.

Mientras que modelos como los reclinables, son extraordinarios para reforzar los músculos de las piernas brazos y espalda, y suprimir sus afecciones, de la que se quejan muchos ciclistas (y no ciclistas). Aunque hay también modelos que hacen que el pedaleo sea con las manos, pero su estructura en sí es reconocida por muchos como más saludable.

Finalmente, te recomiendo veas este video en que sabremos mucho más sobre por qué es bueno hacer ciclismo, a cargo de un experimentado ciclista.

Imágenes: ElBlogDeNosotras, Dhc67, PaseandoPorLaFísica, ImperialCollegeLondon, PaseandoPorLaFísica, Clemson.edu, Boston.com , OLX, Imgspark,Picnic-basket.com, Hase, EntrenateYa, vivirsalud.

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Acerca del autor

Escrito por Carla Gonzales

Egresada de Literatura en la UNMSM, periodista y correctora de textos y estilo. Actividades: leer, escuchar rock clásico, jazz, blues, proyectos literarios.

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