La sinusitis es una inflamación de la mucosa paranasal. Puede presentarse en forma ocasional, como consecuencia de un virus o bacteria, o puede manifestarse en forma crónica; las dos modalidades requieren tratamientos diferenciados. Para el diagnóstico de sinusitis es frecuente que el médico ordene radiografías de los senos paranasales y una tomografía axial computarizada.
Los síntomas más frecuentes de las sinusitis agudas o eventuales son fiebre, congestión nasal, dolor de cabeza y en la frente, y cansancio muscular. Si bien es una enfermedad que no es grave y se cura con antibióticos al término de una semana, puede devenir en una sinusitis crónica, en una rinitis o hasta en asma bronquial, si es que no se trata a tiempo.
El pronóstico de la enfermedad es siempre bueno y para tratarlo además de los antibióticos puede recurrirse al proetz, una técnica de enfermería para quitar el exceso de mucosidad, limpiar las vías respiratorias y calmar los dolores en la frente y la cabeza.
Cuando la sinusitis se transforma en una rinitis alérgica provoca que la persona presente congestión nasal durante gran cantidad de días al año. Si bien es difícil de curar definitivamente la rinitis crónica, existen algunos cuidados para calmar los síntomas. Entre ellos se encuentra el uso de solución fisiológica vertida en gotas directamente dentro las fosas nasales. Las nebulizaciones también son útiles, aunque por lo general no resuleven el problema.
Un remedio natural muy aconsejable es el eucalipto; se deben hervir hojas de este árbol en un poco de agua y aspirar el vapor que emana. Otra alternativa es el aceite esencial de menta o de eucalipto; se echan una gotitas en el agua hirviendo y se pone la cara cerca del vapor. Genera un efecto descongestivo inmediato. El consumo de miel también es recomendado para aliviar los síntomas.
Fuente: VidaSanaWeb.
Imágenes: Woman´sDay.
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