Cómo alimentarse durante las enfermedades reumáticas

Al hablar de enfermedades reumáticas debemos saber que existen muchas de ellas, tal vez cerca de 500 tipos distintos, pero que están agrupadas en tres grupos principales: las enfermedades reumáticas inflamatorias, las degenerativas de columna y articulaciones, y las enfermedades reumáticas de tendones y músculos.

Lamentablemente, la gran mayoría de las enfermedades reumáticas son crónicas, y a pesar de los esfuerzos de la ciencia, no hay una cura que solucione los síntomas y malestares en todas, pero sí es posible menguar sus efectos y aligerar este mal gracias a tratamientos médicos y dietas que se complementan entre ambos.

reuma

Pero también debemos señalar que no es que exista una dieta que las cure de manera definitiva, sino que gracias a los nutrientes, vitaminas y minerales que aportan, se puede lograr una combinación muy eficaz a favor del paciente junto con la medicina convencional aplicada en ellas.

Es conveniente saber que algunos alimentos, como las carnes rojas, de cerdo, los embutidos, la yema de huevo o hasta los cítricos, como las naranjas, el tomate o la toronja, colaboran con la inflamación de las articulaciones, razón por la que lo especialistas las quitan de la dieta.

La artrosis o la gota se ven aliviadas en gran parte por la disminución de peso del paciente, ya que es su exceso lo que incide sobre las articulaciones como las rodillas, por ejemplo.

El consumo del Omega 3 en las dietas ha demostrado ser de gran utilidad para luchar contra las inflamaciones, mientras que en aquellos que sufren de artritis reumatoide o artritis soriática responden muy bien cuando se elimina los alimentos que promueven las inflamaciones, pero se les recomienda el consumo de frutas, verduras, pescados y ligeras cantidades de carne blanca.

En algunas enfermedades reumáticas autoinmunes, es importante el aporte de la vitamina E, así como los carotenoides debido a sus antioxidantes que se pueden encontrar en el maíz, en los melocotones o en las zanahorias.

A todo esto, hay que agregar la gran importancia que tienen los ejercicios para evitar la rigidez de las zonas afectadas, pero siempre con la asistencia de un especialista, tanto para el ejercicio como para la dieta a seguir.

Fuente: AlimentaciónSaludableMarta.

Imagen: PequeOliva.

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