Todas creemos que la leche es uno de los alimentos más sanos que existen, lo cual es cierto. Sin embargo, algunas personas tienen una deficiencia enzimática que les impide digerir correctamente la lactosa, que es un azúcar presente en la leche de vaca y en todos sus derivados como quesos, mantequilla y yogures.
Este desorden se denomina intolerancia a la lactosa y por lo general es detectado durante la infancia, ya que produce trastornos digestivos como dolores en el abdomen, diarreas y vómitos frecuentes.
Así es que una vez que la intolerancia a la lactosa es confirmada mediante la realización de un análisis de sangre, la persona debe mantener una dieta específica de por vida que consiste en evitar consumir alimentos que contengan lactosa.
Tanto en niños como en adultos, este regimen puede ocasionar complicaciones extras, ya que al no consumir lácteos podemos tener una alimentación deficiente que se caracteriza por déficits de vitamia D, proteínas y calcio.
Actualmente, debido a la gran cantidad de personas en el mundo que sufren de esta afección, en el mercado podemos conseguir leche sin lacotsa, aunque el costo es superior a la leche de vaca regular. Otra opción es consumir leche de soja, que se consigue fácilmente y a un costo accesible.
Las proteínas de la leche pueden sustituirse consumiendo huevos y carnes rojas. El calcio podremos obtenerlo de las verduras verdes, los pescados y mariscos, la yema del huevo y los frutos secos.
Hay que tener especial cuidado de leer las etiquetas de los alimentos, ya que algunos contienen lactosa aunque no parezca, como por ejemplo las magdalenas, muchas galletas, y algunos panes y productos de bollería. También la contienen algunas golosinas como por ejemplo los caramelos masticables y el chocolate, éste último debe consumirse en su versión bitter o amarga para no privarnos del delicioso placer de consumirlo.
Fuente: SaludyAlimentacion.consumer.es
Imágenes: Panoramadiario.com, Natudelia.com
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socializatuweb.com | Tipos de café
6 noviembre 2013
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