Muchas veces prestamos atención a la hora de preparar el almuerzo o la cena, pero descuidamos la merienda o refrigerio. Este es un error muy frecuente, ya que es una comida importante que debe ser sana y equilibrada.
Hay que tener en cuenta que si salteamos la merienda, llegaremos con mucha hambre a la hora de la cena y esta conducta es un gran peligro para la dieta, ya que nos hace comer con voracidad.
Lo ideal es que la merienda tenga lácteos, y aporte algo de proteínas y de fibras. Por ejemplo, podemos combinar frutas, o quesos con pan de cereales o galletas con mermeladas de frutas.
Es importante reducir el consumo de dulces y productos de bollería, ya que aumentan el colesterol, la insulina,y provocan una saciedad momentánea; nos hace sentir muy llenos y al rato vuelve el hambre. Además, fijan las grasas y tapan las arterias del corazón, sin contar que los azúcares industriales también atentan contra nuestra salud bucal.
Si por cuestiones laborales a la hora de la merienda no estás en casa, no cometas el error de comer golosinas mientras vuelves en el bus. Prefiere un yogur con cereales o un zumo de frutas envasado acompañado por una barra de cereal. También puedes llevar una fruta en tu cartera o galletas de avena.
En los niños y adolescentes las meriendas deben ser más abundantes, ya que es un horario en que ellos aún necesitan de mucha energía, sobre todo si vuelven de realizar algún deporte. Para los más pequeños puedes combinar pan con mantequilla, mermelada o miel, y leche con cereales.
Siempre es preferible elegir el pan (fresco o tostado) por sobre las galletas. Si quieren comer alguna golosina, la mejor opción son los turrones de maní o bien un mix de cereales. Un sandwich de pan integral con jamón y queso también es muy buena alternativa, sana y saciadora.
Imagen: AlmacénSathyaYoga.
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