El estrés surge luego de una serie de acontecimientos de exigencia en la vida del ser humano que colaboran para entorpecer los sentidos y no permitir que pueda llevar una existencia normal.
Algunas veces el estrés se manifiesta en el físico de las personas, pero también existe el estrés mental, aquel que satura tus sentidos emocionales y no te permite mantener una vida normal debido a esta circunstancia.
La presión es finalmente la que ocasiona este grave estado que puede llegar a dañar peligrosamente la salud emocional y física del afectado.
Los trastornos que causa en el sistema digestivo también perjudican notablemente el normal desarrollo de su vida, razón por la cual, se hace necesario contar con una nutrición especial cuando se presentan este tipo de afecciones.
La hidratación constante es una de las recomendaciones que más ayudarán a mejorar el estado de salud de las personas con estrés, así como el consumo de sopas que ayuden a las defensas del organismo, incidiendo preferentemente con las preparaciones sobre la base de ajos, alfalfa y jengibre, buscando mejorar el refuerzo del sistema inmunológico.
Dietas ricas en algas, es decir alimentos ricos en yodo, así como un mayor consumo de vegetales –de preferencia de hojas verdes como la espinaca, la lechuga, entre otros -, buscando igualmente incrementar en las comidas los alimentos crudos como frutas, verduras y hortalizas, que contienen un gran potencial vitamínico, así como minerales y flavonoides.
Por otro lado, hay que evitar la cafeína, los preservantes, aditivos, edulcorantes, bebidas gaseosas, el azúcar y la harina refinada. Eliminar las frituras, las carnes rojas, el chocolate, entre otros.
Fuente: Salud y Nutrición
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