Caminar es una de las mejores maneras de ponerse en forma. Es un ejercicio accesible a todos sin importar edad ni condición. Además, casi no tiene costo, se puede practicar casi en todos lados y se puede realizar a cualquier hora del día: muy temprano en la mañana, después de la comida del medio día o al cerrar la jornada para relajarnos.
Pasear permite relajarse a la par de aumentar el ritmo cardíaco y ayudar a la eliminación de grasas. Lo ideal para iniciarse en este ejercicio es comenzar con caminar media hora cada vez, 5 veces por semana, e ir trabajando hasta lograr caminar durante una hora, al menos 3 veces por semana.
En un cuaderno, sobre el pizarrón o en la computadora, haz una tabla mensual con los días y duración de cada caminata. Si tienes podómetros incluye también el número de pasos, lo importante es que puedas medir tus progresos y recompensarte por tus esfuerzos.
Un hábito se forma en más o menos 40 días así que para el primer mes hazte la promesa de caminar 5 días a la semana. El repetir el ejercicio cada día acostumbra a tu cuerpo al esfuerzo e imprime en tu cerebro esta nueva parte de tu rutina. Antes de preocuparte por la velocidad a la que caminas, el primer paso es lograr aumentar el tiempo de cada caminata.
La primera semana deberás caminar solamente 15 minutos cada día durante 5 días. Si un día se te complica, tómalo como descanso, pero asegúrate de cumplir con tu meta para ir creando el hábito.
La segunda semana se trata de añadir 5 minutos, para lograr un total de 20 minutos durante 5 días, es decir un aproximado de 100 minutos. Igual para la tercera semana, añade 5 minutos hasta que hayas llegado en tu cuarta semana al objetivo de los 30 minutos.
De ahí podrás ir trabajando velocidad y cantidad de tiempo, pero ya estarás en el buen camino para tener una práctica de ejercicio regular.
Fuente: About.
Imagen: CookingLight.
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