Concepto fitness: de Charles Atlas a Mike the Situation

Fitness es una palabra infaltable en el vocabulario moderno y que no solo nos describe cinturas de avispa, cuerpos torneados y bíceps de película, sino que se refiere a una cultura de vida diferente. Quédate con nosotros que en esta nota haremos un repaso de su historia e influencia en el mundo de hoy.

Si te menciono la palabra bienestar seguramente te hará pensar en temas de salud, de doctores y medicinas, pero la actividad física que implica un impacto profundo en nuestra autoestima, de hecho está íntimamente relacionada con ella.

Si a ello le sumas la medicina alternativa y natural, tan de moda hoy en día, te podrás dar cuenta que todo ello forma parte de una cultura que promueve un nuevo estilo de vida que nos haga sentir orgullosos de lo que somos y de nuestro potencial, tanto en la mente, como en el cuerpo.

Esto lleva a millones de personas en el mundo entero a ir a los gimnasios y a comprar todo tipo de material que lo lleve a transformar su cuerpo: o bien a bajar esos kilos de más o a aumentar de peso y lograr la figura perfecta que tanto se desea.

¿Por qué tener buen cuerpo implica ser exitoso?

Desde tiempos inmemoriales, el verse bien físicamente era reflejo de prosperidad, buena salud y éxito en la vida. Sin embargo, los cánones estéticos sobre qué era verse bien, han ido variando con el paso de los tiempos. Te doy un ejemplo a continuación.

Quizás hayas visto esas viejas fotos color sepia, de los abuelos de tus abuelos posando de pie, apoyados en un mueble: gente gruesa, mujeres rollizas y de mejillas encendidas y caras redondas, hombres igualmente panzones y gruesos de bigote y barba.

La estética de ese tiempo (y me refiero, más o menos, a fines del siglo XIX) hacía ver en esos cuerpos que hoy en día mandaríamos de cabeza al gym, como los prototipos perfectos de riqueza, ostentación y buena salud, los ideales que toda persona quería alcanzar.

Tal y como lo expresa el profesor Harvey Green, de la Northeastern University, hasta finales del siglo XIX, tener sobrepeso, o lo que llamaríamos hoy en día, “rollizo” era símbolo de prosperidad y abundancia.

Pero de pronto, eso ya no era suficiente, la llamada “enfermedad de la riqueza” estaba convirtiendo a esas personas en gente obesa, pesada y proclive a muchas enfermedades.

Así fue como comenzaron a aparecer diversos sistemas de que incluían variadas series de ejercicios (tal y como lo concebimos hoy en día) que se inspiraron en juegos y danzas tradicionales de diversas comunidades, también de las rutinas quiroprácticas con fines médicos y en la vida castrense.

Esto se sumó a la aparición de una moda de regresión hacia los valores estéticos y artísticos de la cultura grecorromana, que impulsaba el conocimiento a la vez que una cultura de vida sana y estética corporal.

Por ello, en las primeras décadas del siglo XX, la estética cambió y los hombres más delgados y afeitados, pasaron a ser más admirados. Y para los años 30, la forma triangular del tórax y la musculatura que emulaba a los dioses de la antigüedad griega era el tipo de cuerpo deseado.

Eugen Sandow, el padre del fitness

Y fue precisamente en esta época que surgieron personalidades que, de las canteras del fisicoculturismo, desarrollaron un nuevo concepto sobre el bienestar, que es lo que hoy en día llamamos “fitness”.

Uno de los considerados pioneros del culturismo y de la dedicación al “tallado” del cuerpo se llamó Eugen Sandow (1867-1925). Este era un atleta que hoy en día es considerado el padre del culturismo moderno.

Sandow fue pionero en organizar y realizar exhibiciones a cuerpo descubierto en que, utilizando algunas poses que inducían al músculo a mostrarse en todo su poder, ponía ante los ojos de su público los logros de un cuerpo bello y simétrico.

Gracias a este atleta, el concepto del hombre musculoso como capaz de realizar proezas con la fuerza, cambió. Hasta ese momento un hombre desarrollado solo podía exhibirse en los circos como forzudos, o impresionar a las chicas.

Pero gracias a Sandow, no solo había que trabajar los músculos para mostrar su fuerza, sino también por su estética.

Sin embargo, la masificación del concepto fitness no se dio sino hasta los años 30 y 40 gracias a un hombre. Y este hombre se llamó Charles Atlas.

La revolución del concepto fitness: Charles Atlas

Charles Atlas no solo masificó el concepto de cultura física, también le dio un giro completo al uso de la publicidad, al vender su producto a través de sí mismo y de su propia experiencia, que invadió las historietas, diarios y publicaciones en todo el mundo para promocionar su revolucionario curso de ejercicios por correspondencia.

Su singular historia, que lo hizo famoso, era la de miles de hombres en todo el mundo, fracasados en la vida y bajos de autoestima.

Te la cuento: a sus 16 años, Charles Atlas era un flacuchento de 44 kilos. Cierta vez, un musculoso y apuesto rival lo humilló en una playa, delante de una chica, lanzándole arena. Atlas (que se llamaba en ese entonces Angelo Siciliano) no pudo defenderse.

Cansado de los abusos que sufría con su cuerpo debilucho, desarrolló un sistema novedoso para desarrollar musculatura sin necesidad de aparatos, ni pesas. Tan solo se necesitaba de uno mismo. Su método se llamó “tensión dinámica” y consistía en trabajar la fuerza y resistencia los músculos con los otros músculos del cuerpo.

Aunque por aquel tiempo, ya había aparecido una que otra compañía que trataba de vender máquinas y aparatos con la promesa de lograr el cuerpo perfecto sin esfuerzo (los antecesores de los que ves hoy en día en los comerciales de televentas). Atlas convenció a su público a través de una campaña publicitaria directa en diarios y revistas, prometiendo no solo volverte una masa de músculos, sino convertirte en otra persona.

Esto significaba explotar tus potenciales como ser humano, como alguien que puede ser capaz de cumplir sus sueños y metas, por más difíciles que sean, solo si se lo proponía.

A este novedoso concepto, se sumó, años más tarde una cultura de buen comer. La vida americana moderna se parecía mucho a la de hoy en día. Primaban las grasas, frituras, los almidones y esto era lo que se consideraba vivir bien. Si a esto le sumas, la vida sedentaria de oficina, ya te imaginarás los terribles resultados que hacía en una población cada vez más ávida de un modelo diferente de vida.

Atlas, añadió a su curso un plan dietario adelantado a su tiempo: proponía comer carnes magras y muchas verduras y frutas, dejar el alcohol, cero tabaco y llevar una vida ordenada y armoniosa, con lo que puso sobre el tapete el tema de la salud nutricional asociada al bienestar físico y a la estética del cuerpo deseado.

El fitness y nosotras

Pero lo que parecía ser una moda reservada solo para los hombres, pronto se extendió hacia las chicas, gracias al curso de Charles Atlas. Después de todo, verse bien y sentirse bien era una meta que concernía a todo el mundo.

Así, las chicas también podían desarrollar esas curvas de impacto, senos turgentes y cinturita de avispa, además del valor agregado de cambiar su vida.

Las antiguas mujeres gruesas y que escondías sus atributos femeninos, pronto desearon también verse más esbeltas y más saludables. Es así como la delgadez se impuso en los años 40 y 50 como el tipo de figura ideal para ellas.

Y esto se sumó a un cambio radical en la cultura del vestir de las chicas que mostraba aún más sus cuerpos: ya no había que andar cubiertas de la cabeza a los pies, las ropas de baño se hicieron más diminutas, así como las faldas, blusas y luego aún más, cuando empezaron a usar pantalones.

Famosa escena de la película Flashdance (1983)

En los años 80 el fitness se asienta definitivamente en la cultura popular, insertándose a través del cine, la televisión, y la publicidad. Para las mujeres esto significaba verse de acuerdo al ideal femenino de hoy: curvas, tonicidad muscular sin volumen y delgadez simétrica.

Con esta moda generalizada del fitness aparecieron también programas dietarios que prometían el sueño de lograr bajar de peso a las mujeres, incluso sin hacer ejercicios, y así librarnos de un problema que de hecho nos causa más impacto que a los hombres.

Quitarse de encima el tejido adiposo de los muslos, caderas y sobre todo, del vientre siempre ha sido un dilema para nosotras, pues biológicamente el cuerpo las almacena para darle la forma femenina y en otros casos, para proteger los órganos femeninos. Además, nosotras tendemos a desarrollar males asociados al sobrepeso y sedentarismo como la celulitis o “grumos” de la piel, cosa que los chicos no padecen.

Pero con el concepto fitness, muchas chicas han logrado cuerpos verdaderamente esculturales, y con ello, un estilo de vida más sano, de más calidad, que es finalmente, lo que tiene más valor.

El fitness en la cultura moderna

Verse bien, hoy en día en definitiva es el deseo de todo el mundo. Por ello, hay gimnasios y centros de deporte y entrenamiento casi a la vuelta de la esquina en todo el mundo. En cada uno de ellos se oferta lograr el cuerpo ideal a través de elaboradas rutinas de movimientos que a lo largo de estas últimas décadas se han ido asimilando, siempre bajo el concepto de explotar un cuerpo sano mediante una vida sana.

Y la oferta es variada. Así tenemos los deportes aeróbicos y anaeróbicos; las rutinas modernas como el spinning, las rutinas que incluyen bailes, como la zumba fitness, el aqua fitness, las técnicas con pilates y la inclusión de nuevas alternativas como el tai chi chuan y el tae bo, el yoga y las artes marciales.

Y los símbolos asociados al fitness en estos tiempos son harto conocidos: Arnold Schwarzenegger, Vince Gironda, Steve Reeves, Van Damme, Marilyn Monroe, Lesley Hornby (alias Twiggy), Maria Sharapova, Kate Moss, Claudia Schiffer, Jennifer Lopez, y un largo etcétera.

Fitness del bueno y fitness del malo

A pesar del objetivo que busca el concepto fitness hoy en día, que es la salud y belleza integrales, muchas veces sus cultores distorsionan estos propósitos. Los esteroides y las drogas son usados por muchos atletas e incluso gente común para “inflar” zonas musculares y satisfacer el deseo banal de solo verse bien.

En otros casos, los culturistas pregonan solo los beneficios superficiales de tener un cuerpo “bonito”. Muchos shows de televisión , concursos de modelaje y realities son muestra de ello.

Hoy en día, figuras como las del popular Mike “The Situation” Sorrentino, encarnan este tipo y son controversiales. Su modo de vida y sobre todo, sus declaraciones son consideradas despectivas y hasta machistas.

Quizás hayas visto el reality donde aparece: Jersey Shore. Allí, los musculosos protagonistas encabezados por Mike, un personaje de origen italo americano, viven una vida desordenada y superficial; y se refieren a las mujeres que ellos no consideran agraciadas como “grenades” (granadas). Ellos exhiben sus cuerpos torneados con el mensaje del éxito obtenido gracias a ello.

Sin embargo, por fortuna, no son casos relevantes y la cultura del bien estar a través del fitness no se ha visto opacada en lo absoluto, sino todo lo contrario: se impone como el nuevo y alternativo estilo de vida que combate el estrés, la ansiedad, el sobrepeso y muchas enfermedades asociadas con la vida sedentaria, dándote por añadidura un cuerpo hermoso y un motivo más para quererte. ¿Qué mas se puede pedir?

¿Practicas alguna rutina fitness? ¿Cuál nos recomendarías?

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Acerca del autor

Escrito por Carla Gonzales

Egresada de Literatura en la UNMSM, periodista y correctora de textos y estilo. Actividades: leer, escuchar rock clásico, jazz, blues, proyectos literarios.

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