La salvia es una planta muy usada en la gastronomía por su aroma y sabor, sin embargo, en la antigüedad era usada por sus propiedades curativas para aliviar ciertas dolencias. El nombre salvia proviene del latin «salvare», que significa curar, así se le atribuyen propiedades curativas contra la tuberculosis, las hemorragias, los resfríos, la tos, la bronquitis, la pulmonía, entre otros.
Entre los usos medicinales más reconocidos destacan su acción antinflamatoria, especialmente en casos de artritis, asma bronquial o reumatismo, para lo cual debe ser consumido regularmente en ensaladas o diversos platos; aunque actúa con mayor eficacia en pequeñas inflamaciones. También posee una acción antioxidante, mejorando la oxigenación celular y combatiendo el deterioro de las células.
Se utiliza especialmente en casos de afecciones estomacales como cólicos, o problemas del aparato respiratorio (especialmente en infusiones que se deben consumir regularmente). Asimismo, posee propiedades diuréticas y antisépticas, por lo que es usado como desinfectante bucal, para hacer gárgaras o en complemento con cremas dentales.
Otro beneficio que se le atribuye es que ayuda a mejorar la memoria, por lo que es usada para elaborar sustancias que luego son aplicadas para tratar pacientes con Alzheimer.
También se utiliza mucho en forma de cataplasmas para tratar heridas, cortes, llagas y todo tipo de abscesos o infecciones cutáneas, para lo cual se tritura las hojas, se deja secar al sol y luego se hierve en proporción de un vaso por cucharada sopera. Una vez que el agua haya hervido, se agrega las hojas trituradas y secas, se tapa y deja reposar; luego se cuela las hojas y la infusión se aplica con un gasa o algodón directamente sobre las heridas para su limpieza. Esta infusión también puede ser bebida como agua de tiempo.
No importa la variedad de la salvia, todas poseen las mismas propiedades medicinales.
Fuente: BioManantial.
Imagen: Azarius.
Visítanos en