La manera correcta de correr… ¡atrévete!

¡Genial! Tomaste la decisión y mañana te levantarás a primera hora para comenzar a ejercitarte. Has escogido salir a correr y ya tienes todo lo que necesitas, pero no estás muy segura de lo que debes de hacer. Alguna vez corriste en la clase de educación física, pero eso fue hace buen tiempo…

Correr es simple, práctico y tiene grandes beneficios. Sin embargo, no podemos negar que también tiene sus propios riesgos y además la idea es que aproveches este deporte al máximo. Por tanto, te enseñaré la mejor manera de correr, aunque tampoco debes olvidar tu alimentación.

1. Tu mirada al correr

¿Ya saliste a correr? Al principio tal vez fijes tu mirada siempre en el piso por una cuestión de inseguridad, es normal. Sin embargo, en cuanto comiences a reconocer el terreno, te será más fácil dirigirla hacia el frente, hacia el horizonte. Solo con ese gesto harás que tu columna se mantenga erguida en lugar de estar inclinada (puedes comenzar a sufrir dolores de cuello si no lo haces). Tu cabeza debe estar fija para darle equilibrio a todo tu cuerpo.

Sobre tu mandíbula, debe estar lo más relajada posible. A veces cuando corremos (e incluso al dormir) ejercemos presión sobre ella sin notarlo. Un buen tip para evitarlo es que mantengas la punta de tu lengua en el interior de los dientes delanteros.

2. ¡La respiración lo es todo al correr!

Una de las cosas más difíciles de controlar cuando comenzamos a correr es la respiración. De hecho, ya te sucedió que comenzaste con el entrenamiento y aunque tus piernas estaban de lo más bien, a las dos manzanas descubriste que ya no podías más porque te quedaste sin aire.

La respiración es natural y cuando corremos, no tiene porqué dejar de serlo. Respira profundamente y asegúrate de que tu abdomen se mueva hacia fuera al inspirar. ¿Te ha pasado que has sentido una punzada en el costado, al punto que te ha impedido seguir corriendo? Es porque no estás respirando correctamente, lo más probable es que estés botando el aire antes que entre del todo. También puede ocasionarte dolor de cabeza porque el oxígeno no llega bien a tu cerebro.

Sobre la velocidad con la que debes respirar, cuando corras lentamente puedes hacerlo a un ritmo de 3/3. ¿A qué me refiero? Das tres pasos mientras inhalas y tres más mientras exhalas. Si sientes que estás mejorando, puedes pasar a un ritmo de 2/2 y luego incluso de 2/1.

3. ¿Qué hacer con tus brazos mientras corres?

Debe de haberte sucedido que no sabes exactamente si estás ayudando a tus piernas con el movimiento de tus brazos. La verdad es que si los mueves exageradamente, puedes estar torciendo demasiado tu tronco y tus piernas se verán afectadas.

Empezando por los hombros, no los subas porque generarás tensión. Los codos deben marcar 90° aproximadamente, aunque se pueden abrir y cerrar un poco con el movimiento. Mantén tus brazos lo más pegados al cuerpo que puedas sin que te estorben, pero no los cruces hacia el frente. Una buena manera de medir que estás haciendo lo correcto es que durante el ejercicio tus antebrazos permanezcan paralelos al suelo.

4. ¿Aprietas las manos mientras corres?

¡Cuidado! Tan solo con apretarlas causarás cansancio en tus brazos, hombros y cuello. Llévalas como si cogieras un copa frágil de champagne. ¡Ojo! Los pulgares siempre hacia arriba.

5. Tus pies sobre la ruta

Preocúpate por que tu pisada no sea exagerada; no estamos tratando de dejar huella en cada zancada. Al contrario, intenta que sean muy ligeras, si haces ruido probablemente estén siendo demasiado fuertes y podrías causar daño en tus rodillas (que son altamente sensibles al impacto).

Tampoco levantes demasiado los pies del piso, será un esfuerzo inútil si lo haces.

6. Tu postura general mientras corres

Hasta ahora todo te puede parecer demasiado estudiado, pero en realidad es más simple de lo que crees. Primero, necesitarás poner mucha atención en tus movimientos para hacerlo de forma correcta, pero luego fluirá de manera natural.

Sobre tu postura en general, tal vez tiendas a inclinarte hacia delante y eso también podría hacer demasiada presión sobre tus rodillas. Al correr, mantente lo más vertical que puedas y si te inclinas un poco, que sea desde el tobillo y no desde la cintura.

Espero que estas indicaciones te hayan ayudado y no tires la toalla cuando te unas a esta disciplina. Te sentirás con mucha más energía en cuanto agarres tu propio ritmo. ¡Adelante!

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Acerca del autor

Escrito por Irina Melgar

Mi pasión es escribir, el cine y caminar...!

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