Mucho se habla sobre las carnes rojas, el colesterol, las grasas saturadas, la úrea, el exceso de proteínas, etc. En fin, un gran número de razones por las que muchas personas se han convencido de que la carne de res o vacuno es mala para la salud.
Es cierto que las grasas tienen muy mala reputación en lo que a nutrición se refiere, vistas como el ingrediente que aporta demasiadas calorías, deforma el cuerpo y daña la salud taponeando arterias e interrumpiendo las funciones del corazón. Es cierto que un exceso de úrea provoca enfermedades, que ciertas substancias en las carnes rojas dañan nuestro organismo.
Sin embargo, es bueno saber que no todo es culpa de las pobres grasas, que al fin y al cabo son elementos importantes en nuestro cuerpo, y han estado presentes en nuestra alimentación desde el inicio de la humanidad.
Tampoco es culpa de las proteínas, necesarias en gran cantidad para nuestro funcionamiento, ni la úrea, ni las vacas. La culpa está también en nosotros mismos; y es que con el paso del tiempo y el avance de la tecnología, nuevos experimentos resultan en nuevos tipos de alimentos, cambiando nuestra dieta desde las tradicionales carnes de animales criados en granjas comiendo pasto natural a carnes de animales criados artificialmente, inyectados con hormonas de crecimiento acelerado, con exceso de vacunas que contienen plomo y elementos nocivos, sin dejarlos dormir, obligándolos a comer 24 horas al día sin ejercicio, bajo ambientes de estrés que los mantienen en constante estado de defensa e inflamación, sin aire libre, alimentados con pastos transgénicos fumigados con herbicidas altamente tóxicos y regados con aguas contaminadas. Es un panorama desesperante, ¿Verdad?
Hay una corriente gourmet en el mundo, que plantea acercarse de nuevo a las líneas más saludables de crianza, proporcionándoles un ambiente adecuado a los animales, procurando liberarlos del estrés del encierro y dejándolos crecer a su propio ritmo, cerca a la naturaleza. Este es el caso de la Kobe Beef, una carne procedente de Japón que ostenta el título de la carne más fina del mundo.
El método de crianza de las reces garantiza que esta carne tenga una menor cantidad de toxinas que las carnes comunes, menor cantidad de químicos artificiales, mayor proporción de colesterol bueno y un bajísimo porcentaje de colesterol malo. Es de tipo marmoleado, es decir, la grasa está infiltrada en el tejido y no separada, lo que le da el sabor, suavidad y delicadeza que la caracteriza.
El kilo de carne Kobe original del Japón puede llegar a costar 300 dólares, dependiendo de la calidad. En América Latina también se puede encontrar la producida en Chile o Brasil por un mínimo de 45 dólares el kilo. En Chile, un plato gourmet con carne Kobe nacional puede costar unos 15 dólares. Ya lo sabes, si estás dispuesta a invertir un poco en probar esta delicia, ya se vende en todo Latinoamérica.
Fuente: Consumer.
Imagen: Jenius.
Tags Blogalaxia: Gourmet, Mejor carne, Kobe, Beef.
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