El tabaco y el alcohol, enemigos de la salud

Numerosos estudios que siguen demostrando que el tabaquismo es la principal causa evitable de muerte al aumentar el riesgo de sufrir de ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares , problemas respiratorios o cáncer de pulmón y otros, ante esto no hay duda de que fumar es realmente perjudicial para la salud.

Otra razón para dejar el cigarrillo es que hay indicios de que el hábito de fumar va debilitando el sistema inmune de manera progresiva al dificultar el flujo de sangre a los tejidos periodontales que rodean y soportan los dientes, evitando que el organismo reaccione con una respuesta inmune eficaz a las bacterias de esta zona, lo que puede representar un grave riesgo en personas inmunodeprimidas, tal como ocurre en enfermos de cáncer o personas con VIH.

Investigaciones realizadas por médicos en los Estado Unidos, han descubierto que el tabaquismo podría aumentar hasta en un 73% el riesgo de sufrir infección por tuberculosis y multiplicar por dos la probabilidad de desarrollar la enfermedad en su forma activa tras la infección. Aunque una tercera parte de la población mundial está infectada con la bacteria que causa la tuberculosis (TB), el microorganismo suele ser neutralizado por el sistema inmune. Sin embargo el tabaco podría evitar que las defensas actuasen y favorecer así el desarrollo de la enfermedad.

Las ventajas de dejar de fumar son inmediatas:

  • A los 20 minutos de abandonar este hábito desciende la presión arterial y la frecuencia cardiaca se normaliza.
  • A las 24 horas disminuye el riesgo de muerte por infarto del miocardio.
  • A partir del segundo día se empiezan a recuperar los sentidos del gusto y el olfato.
  • A medida que va pasando el tiempo y se consolida la abstinencia, los fumadores van notando como mejora de manera considerable su función respiratoria, permitiendo realizar ejercicios sin fatiga y consiguen un mejor estado físico en general.

Por otro lado, no hay que olvidar que los fumadores necesitan un 40% más de vitamina C debido a que el tabaco destruye este nutriente, esencial para reforzar el sistema inmunitario.

Al igual que el tabaco, el alcohol impide la absorción de las vitaminas C, B1, B6 y B9 (ácido fólico), por lo que el consumo de bebidas alcohólicas resulta doblemente perjudicial para el sistema inmunológico: puede ser el origen de un déficit nutricional y, al existir una falta de nutrientes, los glóbulos blancos también pierden su capacidad natural de combatir los gérmenes y el daño que se experimenta irá incrementándose en proporción directa con la cantidad de alcohol que se consuma.

La anemia, la leucopenia así como las alteraciones de funciones inmunológicas son frecuentes en los alcohólicos y hacen que enfermen más facilmente.

Recientemente, diversos estudios clínicos y epidemiológicos han relacionado el alcoholismo crónico con una mayor prevalencia de enfermedades infecciosas, especialmente neumonías y neoplasias (tumores generalmente malignos).

Fuente: Manual Saber Vivir Año 2010

Imágenes: All Women Stalk, She Knows, HubPages.

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