Radicales libres y antioxidantes

Hemos escuchado mucho últimamente sobre los radicales libres, el daño que ejercen sobre las células y cómo pueden originar cáncer y muchas cosas más. Por otro lado, también hemos escuchado sobre suplementos que combaten los radicales libres llamados antioxidantes, los golpes vitamínicos que nos dan vitamina C y E a montones y lo ampliamente comercializados que son.

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¿Hay algo que debamos saber acerca de esto? Pues sí. Lamentablemente, la ciencia de la salud, a pesar de ser una ciencia noble no está ajena a la influencia del mercado. Por ello muchas veces se promocionan productos sin existir una verdadera base científica que justifique su uso. En muchos casos, los complejos antioxidantes caen en este rubro.

El proceso de oxidación o de producción de radicales libres es un mecanismo natural y normal que ocurre en los seres vivos. Por ser normal, el cuerpo está equipado para combatir sus efectos nocivos por medio de los antioxidantes naturales con los que cuenta.

Estos no se liberan en megadosis, como son administrados en los suplementos, sino de acuerdo a la cantidad que se necesiten en base al daño celular real que pueda estar ocurriendo. Es decir, es la propia célula dañada la que pide ayuda, por lo que el organismo sabe qué cantidad y a donde dirigir el auxilio.

Este es un proceso que ha ocurrido así por miles de años. Los radicales libres no son productos anormales que nos atacan sino substancias formadas por procesos que permiten la vida, como la respiración. Quien en verdad quiera mantenerse joven por siempre (y tampoco es que ser joven por siempre sea algo natural) tendría que dejar de respirar por completo.

¿Y qué pasa con la contaminación y los radicales libres excesivos debido al monóxido de carbono, plásticos y cigarrillos?

Es verdad que el cuerpo está equipado para defenderse de los radicales libres (cuyo nombre en inglés, ‘Free radicals’ no puede traducirse exactamente al español), sin embargo también es cierto que puede llegar a una saturación con el ambiente altamente contaminado de las ciudades que lo exponen a cerca de 3000 veces la cantidad de tóxicos a los que está preparado para neutralizar.

Aunque el organismo se adapta lo mejor que puede, puede saturarse, y es donde aparecen los problemas. ¿Es recomendado entonces proceder con los complejos antioxidantes? Contrariamente a lo que se cree, estos complejos antioxidantes que se comercializan no han probado ser eficaces en la lucha contra los daños provocados por la contaminación. Es más, vitaminas tradicionalmente consideradas muy buenos antioxidantes, como la vitamina E, no encuentran pruebas científicas que demuestren su tan anunciada efectividad.

Los golpes antioxidantes que contienen vitamina C, en lugar de proteger contra el daño oxidativo lo promueven, ya que este antioxidante tiene la propiedad de convertirse él mismo en un poderoso pro-oxidante cuando es administrado en dosis altas (como las contenidas en muchos golpes vitamínicos).

Por tanto, la solución no es tomar suplementos antioxidantes en absoluto, sino verificar que nuestra dieta contenga la cantidad de frutas y verduras adecuada (ayudan al organismo a mantener sus niveles saludables de producción de antioxidantes) y evitar agentes agresores como el humo del tabaco, contenedores plásticos, etc.

Ejemplo de megadosis de vitamina C:

  • Dosis diaria recomendada: 60-90 miligramos.
  • Contenido de una tableta efervescente: 1000 miligramos.

Imágenes: News.bbc

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Acerca del autor

Escrito por Rocío Milagros Gálvez

Soy Nutricionista de profesión, me dedico a la investigación, a escribir un poco y a aprender todo lo que pueda! Siempre quise ser pintora, fotógrafa y cuidar de la salud de los demás :) Para mí, el momento perfecto es estar sentada frente al mar con un buen libro.

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